Recibir una notificación de fiscalización por parte de la autoridad tributaria puede ser aterrador para cualquier empresa. Desafortunadamente, incluso negocios que llevan una contabilidad impecable pueden verse envueltos en complicados juicios que se prolongan por años. Ese fue el caso de una compañía familiar que terminó en una batalla legal que casi la quebranta. La pesadilla comenzó cuando les notificaron ajustes al Impuesto Sobre la Renta por casi Q3 millones tras una auditoría de rutina. Impactados por las cifras, los propietarios contrataron a asesores tributarios con experiencia para intentar revocar los ajustes. Luego de que su recurso de revocatoria tuviera éxito parcial, no les quedó más remedio que ir a tribunales. Ahí comenzó un engorroso proceso legal lleno de recursos técnicos. Pasaron meses recolectando montañas de evidencia contable y financiera para sustentar sus argumentos. Pero en la audiencia, les costó hacerse entender ante jueces sin conocimientos tributarios especializados. Finalmente, el Tribunal Contencioso Administrativo falló en su contra y confirmó los ajustes. Golpeados pero sin rendirse, decidieron jugar su última carta: el recurso de casación. Sus abogados les advirtieron que las probabilidades eran pocas, pero valía la pena intentarlo. La audiencia en la Corte Suprema fue su última esperanza. Alegaron errores de derecho en la valoración de pruebas por el Tribunal inferior. Pero los magistrados consideraron que la sentencia original sí había analizado esas pruebas, solo que interpretándolas de forma distinta.
Tras años de lucha legal, la Corte Suprema ratificó el fallo adverso.
A pesar de la terrible experiencia, lograron mantener las puertas abiertas. Pero les dejó un profundo escepticismo sobre la justicia tributaria, sintiendo que el sistema está diseñado para favorecer a la autoridad.
Su consejo para otras empresas es tomar medidas preventivas, como llevar una contabilidad intachable, respaldar gastos, y obtener asesoría especializada ante una auditoría. Si de todas formas llegan los temidos ajustes, es clave designar fiscalistas expertos en procedimientos contenciosos para navegar el complicado sistema legal. También recomiendan estar preparado emocional y financieramente, ya que los litigios pueden prolongarse años y tener un alto costo. Ver el duro trabajo de toda una vida peligrar por un fallo adverso puede ser desesperanzador, por lo que mantener la resiliencia y mirada positiva es fundamental. Afortunadamente, con perseverancia lograron reinventarse implementando estrategias de optimización de costos, diversificación de productos y mejora de procesos.
Su difícil experiencia los ha vuelto una empresa más sólida y enfocada para encarar los desafíos del futuro. A pesar de la noche legal más oscura, el sol puede volver a brillar. En resumen, enfrentar un juicio tributario es una odisea que nadie desea, pero que puede tocarle a cualquier empresario. La mejor defensa es la prevención: mantener una contabilidad ordenada y buscar asesoría especializada desde el principio.
En momentos críticos, contar con un equipo experto en asuntos fiscales puede marcar la diferencia entre el fracaso y el resurgimiento. Si te encuentras en una situación similar o deseas evitarla, no estás solo.
En Vesco Consultores contamos con un equipo de más de 30 profesionales listos para ayudarte. Puedes contactarme directamente a j@vesco.com.gt o al +502 2215-7575.
Comments