Esta mañana, mientras disfrutaba de mi café habitual, me encontré escuchando una conferencia de prensa de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) que, francamente, me dejó boquiabierto. Como asesor fiscal con años de experiencia, creía haberlo visto todo, pero el caso B410 ha superado cualquier expectativa.
Permítanme compartirles, en términos sencillos, lo que está sucediendo en nuestro querido Guatemala. La SAT ha destapado una estructura de defraudación tributaria que involucra a más de 400 empresas fantasma. Sí, han leído bien, ¡400! Estas empresas habrían facturado la asombrosa cifra de 5.7 billones de quetzales entre 2021 y 2023. Para ponerlo en perspectiva, eso es más que el presupuesto anual de nuestro país.
Lo más alarmante es que de todo ese dinero facturado, solo pagaron 26.9 millones en impuestos. Estamos hablando de una tasa efectiva de tributación del 0.4%, cuando sabemos que el IVA es del 12% y el ISR puede llegar hasta el 25%. Es como si por cada 1000 quetzales que ganaran, solo pagaran 4 quetzales de impuestos. ¿Se imaginan?
Como Jeovany Vesco, asesor fiscal en Guatemala y Tax Partner de VESCCO, puedo ayudarles a navegar el complejo mundo de los impuestos de manera legal y ética, evitando caer en prácticas cuestionables que puedan poner en riesgo su patrimonio y reputación.
La investigación, que duró nueve meses, reveló detalles fascinantes y preocupantes. Estas empresas fantasma compartían características comunes: direcciones ficticias (¡incluso en zonas rojas!), uso repetido de un mismo representante legal, falta de activos e infraestructura, y alteración de documentos para inscribirse en la SAT.
Lo que más me impactó fue escuchar cómo algunas de estas empresas operaban desde direcciones que ni siquiera existen, rodeadas de cámaras de vigilancia para alertar si se acercaban las autoridades. Parece sacado de una película de espías, ¿verdad? Los valientes investigadores de la SAT tuvieron que ingeniárselas para entrar en estas zonas peligrosas sin ser detectados.
La SAT identificó tres modalidades principales de operación:
1. 9 contribuyentes facturaron directamente al Estado por 73 millones de quetzales.
2. 16 contribuyentes vendieron al Estado y adquirieron bienes/servicios de la estructura B410 por 375 millones de quetzales.
3. 2 contribuyentes vendieron a 5 constructoras que, a su vez, prestaron servicios al Estado.
En total, estas operaciones involucraron contratos estatales por más de 5,200 millones de quetzales. Es una cifra que marea, ¿no creen?
Como su asesor fiscal de confianza, en VESCCO nos aseguramos de que su empresa cumpla con todas las obligaciones tributarias, maximizando sus beneficios de manera legal y transparente. Nuestra experiencia nos permite identificar oportunidades de ahorro fiscal sin comprometer la integridad de su negocio.
Ahora bien, ¿qué implicaciones legales tiene todo esto? La SAT ha presentado una denuncia formal ante el juzgado correspondiente, entregando copias al Ministerio Público, a la Contraloría General de Cuentas y a la Procuraduría General de la Nación. Se han denunciado 32 empresas por posible defraudación tributaria, con indicios de una evasión que podría superar los 300 millones de quetzales.
El superintendente Marco Livio Díaz Reyes mencionó que se están amparando en el artículo 120 del Código Tributario, que establece que el impuesto debe estar pagado una vez presentada la declaración. Esto les ha permitido desactivar a todos los contribuyentes identificados en esta estructura.
Es fascinante ver cómo la tecnología está jugando un papel crucial en la detección de estas estructuras. La SAT ha implementado nuevas herramientas como el sistema de relacionamiento I5 y tableros de información Power BI. Además, han establecido el concepto de "omiso sustantivo" para identificar a contribuyentes que facturan pero no declaran o pagan los impuestos correspondientes.
Lo que más me preocupa de todo esto es el impacto que tiene en nuestra sociedad. Estos 300 millones de quetzales que se habrían evadido podrían haber sido utilizados para mejorar nuestras escuelas, hospitales o infraestructura. Es dinero que nos pertenece a todos los guatemaltecos.
Pero no todo es negativo. Esta investigación demuestra que nuestras instituciones están trabajando para combatir la evasión fiscal. Es un llamado de atención para todos nosotros, como ciudadanos y empresarios, a ser más conscientes de nuestras responsabilidades tributarias.
Como asesor fiscal, mi misión es ayudarles a navegar el complejo mundo de los impuestos de manera ética y eficiente. En VESCCO, ofrecemos servicios personalizados para asegurar que su empresa cumpla con todas sus obligaciones fiscales, evitando riesgos y maximizando beneficios legalmente.
En conclusión, el caso B410 nos deja varias lecciones importantes:
1. La importancia de la transparencia en nuestras operaciones fiscales.
2. La necesidad de fortalecer nuestros sistemas de control interno.
3. El papel crucial de la tecnología en la detección de fraudes fiscales.
4. La responsabilidad que tenemos como ciudadanos y empresarios en la construcción de un sistema tributario justo.
Como su asesor fiscal de confianza, en VESCCO estamos comprometidos a ayudarle a navegar estas aguas turbulentas. Podemos realizar auditorías preventivas, implementar sistemas de control y asegurar que su empresa esté siempre del lado correcto de la ley.
Recuerden, pagar nuestros impuestos no es solo una obligación legal, es una forma de contribuir al desarrollo de nuestro querido Guatemala. Juntos, podemos construir un país más próspero y equitativo para todos.
¿Tienen preguntas sobre cómo esto podría afectar a su empresa? ¿Necesitan ayuda para asegurar que están cumpliendo con todas sus obligaciones fiscales? No duden en contactarme. En VESCCO, estamos aquí para ayudarles a dormir tranquilos sabiendo que sus impuestos están en orden.
Hasta la próxima, queridos lectores. Sigamos construyendo juntos un Guatemala más transparente y próspero.
+502 2215-7575
Comments